Díaz-Canel ratifica acuerdos bilaterales con China en conversación telefónica con Xi Jinping

Miguel Díaz-Canel sostuvo una conversación telefónica con su homólogo chino, Xi Jinping, donde trataron los resultados del reciente VIII Congreso del PCC. La conversación es parte de una serie de encuentros telefónicos que Díaz-Canel viene sosteniendo con lideres asiáticos posterior a su elección como primer secretario del PCC.

Xi Jinping transmitió sus felicitaciones al mandatario cubano y ratificó la “importancia y prioridad” que concede al fortalecimiento de los vínculos entre ambos países. China es en la actualidad uno de los principales aliados políticos de Cuba, y su segundo socio comercial.

Díaz-Canel, por su parte, abundó en los resultados del recién celebrado congreso del PCC y agradeció el apoyo del país asiático, cuya influencia económica y militar en la región se ha incrementado en los últimos años con la consolidación de relaciones comerciales con otros regímenes de Latinoamérica como Venezuela y Nicaragua.

Ambos dirigentes ratificaron su propósito de continuar desarrollando los intercambios bilaterales entre las dos naciones, favoreciendo a Cuba con varios proyectos de cooperación de las areas de desarrollo tecnológico, biotecnología y educación.

En el caso de Vietnam, la nación asiático constituye el tercer socio comercial de nuestro país y contribuye un volumen de transacciones que asciende a los 340 millones de dólares al año.

No es sorpresa que el Díaz-Canel tras su elección como primer secretario del PCC, se apresurase a ratificar las relaciones bilaterales con los aliados históricos de la dictadura, de los cuales siempre ha dependido para su subsistencia económica.

En 1960, a solo 11 años de la creación de la República Popular China, Cuba se convirtió en la primera nación de América Latina y el Caribe en establecer relaciones diplomáticas con el gigante asiático.

Hoy ambas naciones se encuentran mas cerca que nunca con la inclusión de Cuba en la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China (BRI), una red de proyectos de comunicaciones e infraestructura marítima y terrestre creada y financiada por China para facilitar el comercio con el resto del mundo.

Cuba se unió al BRI en el año 2019 con la esperanza de salvar su deteriorada economía. Hoy China constituye uno de sus principales socios comercial representando un volumen de transacciones que ascienden a $1.8 billones de dólares al año.

A través del BRI, Cuba importa $1.350 billones de dólares al año, en su mayoría productos eléctricos, y exporta $379 millones, mayormente en Azúcar en bruto y Níquel.

Sobre el BRI dijo Orlando Hernández, presidente de la Cámara de Comercio de Cuba: “Esperamos involucrarnos en este proyecto de la manera más comprometida posible, y que esto signifique que el sector empresarial chino participe más activamente en el proceso de actualización de nuestro modelo económico”.

Entre los proyectos de colaboración se encuentran la transición de la televisión analógica a la digital y la expansión de la banda ancha móvil, liderada por el gigante chino de las telecomunicaciones Huawei, y la creación de un centro de inteligencia artificial en nuestro país. La empresa de perforación petrolera Gran Muralla participa junto a la industria cubana del petróleo CUPET, en la exploración de depósitos en aguas poco profundas contribuyendo con tecnología y asesoramiento.

Sin embargo la economía cubana, de por sí en permanente crisis económica, se ha visto severamente afectada por la pandemia de COVID-19 y las relaciones entre Beijing y La Habana se han congelado ante los incluplimientos de pagos por parte del gobierno cubano. Las empresas chinas se niegan a seguir condonando las deudas de Cuba y como resultado las importaciones de productos chinos han caído en un drástico 75%, descendiendo a su nivel más bajo en los últimos 10 años.

En realidad Cuba no representa una prioridad para las inversiones chinas, y resulta evidente que el gigante asiático no tiene intenciones de mantener una relacion parasitaria de sustento como las utilizadas por la dictadura en el pasado, en sus relaciones comerciales con la desaparecida URSS y Venezuela. Sus verdaderos intereses consisten en incrementar su presencia en la region y utilizar nuestro archipiélago como base de operaciones comerciales y militares en Latinoamérica.

Este aspecto de las relaciones Cuba-China no ha pasado desapercibida al Departamento de estado de Estados Unidos y actualmente constituye un motivo de preocupación para la potencia norteamericana que se encuentra inmersa en una guerra comercial con China.

La Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, señaló en el 2019 que las “prácticas opacas de China permiten la corrupción, erosionan la buena gobernanza y desafían la soberanía estatal” en toda América Latina y el Caribe. El gobierno de China y las empresas chinas se han involucrado en un comportamiento en el hemisferio que socava la soberanía y la seguridad nacional tanto de Estados Unidos como de sus socios democráticos en las Américas”.

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