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Estados Unidos limita el “parole humanitario” para migrantes de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela

Washington, 11 de noviembre de 2024 – El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado que no permitirá la extensión del beneficio del “parole humanitario” para los migrantes de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela, quienes ingresaron al país bajo este programa migratorio temporal. La decisión fue confirmada por una portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en un comunicado a la agencia de noticias EFE, estableciendo que, al cumplirse el periodo de dos años, los beneficiarios deberán abandonar el país si no han encontrado una vía alternativa para regularizar su estatus.

El “parole humanitario”, lanzado en octubre de 2022 y extendido a más países en febrero de 2023, ha permitido a más de medio millón de personas ingresar a Estados Unidos con permiso de trabajo y residencia temporal. De acuerdo con los datos del DHS, este programa ha beneficiado a aproximadamente 110,000 cubanos, 210,000 haitianos, 93,000 nicaragüenses y 117,000 venezolanos, sumando un total de 530,000 migrantes.

Las limitaciones del “parole”: Un programa temporal que enfrenta críticas

La administración de Joe Biden implementó este programa como parte de su estrategia para gestionar la migración en la frontera sur y reducir la presión en los puntos de entrada, todo mientras se imponían nuevas restricciones al asilo. Sin embargo, la oposición, liderada por los republicanos y el exmandatario Donald Trump, ha sido contundente en su rechazo, considerando al “parole” como una política que incentiva la migración irregular.

A pocos días de las elecciones presidenciales, esta decisión de no extender el “parole” responde también a una ola de cuestionamientos sobre la efectividad del programa y la supuesta laxitud del gobierno en materia migratoria. Trump, quien busca regresar a la Casa Blanca, ha afirmado que de ganar eliminaría el programa por completo.

Alternativas limitadas para los migrantes

Una vez transcurridos los dos años de su estancia, los migrantes que no hayan encontrado otra vía de regularización se verán obligados a abandonar Estados Unidos. La portavoz del DHS, Naree Ketudat, enfatizó que aquellos que no cumplan con este requerimiento serán sujetos a procedimientos de deportación.

El parole humanitario no ofrece un camino a la residencia permanente. Sin embargo, algunos beneficiarios cuentan con alternativas limitadas. Los venezolanos y haitianos que hayan llegado antes de junio de 2024 pueden solicitar el Estatus de Protección Temporal (TPS), y los cubanos podrían acogerse a la Ley de Ajuste Cubano. Para nicaragüenses y venezolanos que llegaron antes de la extensión del TPS, no existe actualmente una vía similar, lo que plantea grandes desafíos para ellos.

Las consecuencias de una política temporal

A pesar de su naturaleza temporal, el parole humanitario se convirtió en un pilar de la estrategia migratoria de la administración Biden. No obstante, expertos en migración y defensores de los derechos humanos han manifestado su preocupación por las repercusiones de no permitir la extensión del programa. Yael Schacher, directora para América de Refugees International, advirtió que muchos de los beneficiarios podrían quedar en una situación de vulnerabilidad, sin la posibilidad de trabajar legalmente en el país mientras tratan de regularizar su estatus.

Además, Aaron Reichlin-Melnick, abogado especializado en migración del American Immigration Council, recordó que este programa fue resultado de un acuerdo entre Estados Unidos y México, mediante el cual ambos países se comprometieron a controlar la migración de estas nacionalidades en la frontera. “EE.UU. creó este programa a petición de México, en un intento por equilibrar la necesidad de aplicar la ley en la frontera mientras permite alguna forma de regularización temporal para los migrantes”, afirmó el experto.

Un futuro incierto para los migrantes

Para miles de familias que habían encontrado en el “parole humanitario” una solución provisional a su situación migratoria, la decisión de limitar este beneficio genera incertidumbre. Muchos deberán apresurarse a encontrar vías de regularización antes de que expire su permiso, un desafío que podría resultar inalcanzable para muchos de ellos.

Estados Unidos enfrenta el dilema de cómo gestionar una situación compleja y delicada en la frontera, en la cual las necesidades humanitarias y los intereses nacionales entran en conflicto. La política migratoria se encuentra, como nunca antes, en el centro del debate político estadounidense, y las decisiones actuales marcarán el camino a seguir para futuras administraciones.

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