Pablo Iglesias abandona la política tras el descalabro de la izquierda en las elecciones de Madrid

El candidato y líder de Unidas Podemos a la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, abandonó la política, tras fracasar en su intento de derrotar al Partido Popular (PP) en Madrid, el cuál quedó a solo cuatro diputados de obtener la mayoría absoluta; resultado que politólogos y medios de comunicación españoles calificaron de histórico.

A pesar de que los números muestran que su liderazgo ha logrado mejorar modestamente los resultados de Unidos Podemos en los comicios de este martes, la derrota demostró que su figura y estilo político constituyen un impedimento para el avance de su partido, como reconoció el propio Iglesias en su declaración, quién no tomará posesión como diputado y cede espacio a la número dos de UP Madrid, Isa Serra.

Iglesias intentó presentar las elecciones, que han acabado con su corta y fulgurante carrera política, como un enfrentamiento entre ¡Libertad (él y los suyos) y fascismo!, mensaje que no caló siquiera en los votantes de izquierda que castigaron al Partido Socialista Obrero Español y encumbraron a Mas Madrid, como la nueva referencia progresista en la región más importante de España.

Mas Madrid, que acudió encabezado por la médico y desconocida política hasta entonces, Mónica García, sacó 24 diputados y superó en votos al PSOE, un resultado espectacular para un partido que surgió como un desprendimiento de Podemos, tras la purga leninista de Iglesias contra Íñigo Errejón, que se ha visto catapultado de aquí a las próximas elecciones generales.

Ya con el 99,11% de los votos registrados, la candidatura de Iglesias solamente logró 7,2% del voto y un total de 10 diputados provisionales, que representan un ligero incremento de los resultados de mayo de 2019, cuando Podemos recibió el 5,6% del voto y siete parlamentarios regionales.

Pablo Iglesias no sabe perder

Unidas Podemos queda en quinto lugar en la Asamblea de Madrid, no solo ha perdido las elecciones, sino que también ha perdido ante Vox, partido que a pesar de no contar con mayoría, logró un crecimiento significativo en relación a los comicios del año pasado, y que centró el mensaje de su campaña en detener la escalada de la izquierda en Madrid (AKA Podemos) apelando a las clases trabajadoras, los pequeños negocios y los “parados”.

La renuncia de Pablo Iglesias no deja lugar a dudas de la soberbia que embarga su personalidad política. Una derrota tan mediática y vergonzosa, ha disparado las alarmas egocentricas del líder quien aparentemente no soporta la ironía de haber sido derrotado por sus oponentes politicos con un mensaje que caló cómodamente en el electorado de Unidas Podemos, el obrero español.

Iglesias arriesgó su posición política confiando en la capacidad movilizadora de las fuerzas de izquierda madrileñas, pero la deplorable gestión de gobierno “Sanchista” durante últimos años resultó decisiva para el vuelco político que ha dado la victoria al PP de Isabel Díaz Ayuso.

La noche electoral termina para Iglesias, y termina su carrera política. Su mensaje de “una defensa de la democracia” ante el “fascismo y la extrema derecha” no penetró en un electorado que se movilizó de forma histórica para rechazar los postulados comunistas de Unidas Podemos, y como consecuencia, a su candidato, quién transformó la política española pero hoy la abandona con la mirada fija en el suelo y el resentimiento en el alma.

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